Temporal de nieve en el Pais Vasco, nieve a partir de los 200m, hay que aprovecharlo,es Domingo y tengo libre asi que a la nieve nos tiramos.
STITCH WALLMODEN
La vida de una frenchie en la Villa de Bilbao.
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miércoles, 27 de marzo de 2013
jueves, 22 de marzo de 2012
Nuestro querido pantano de Ordunte
Aprovechando que mi mujer nos hacia el favorcillo de currar en el local para que nosotros pudiéramos ir a pasear con los perros, ya que llevaban una temporadita saliendo lo justo, por el trabajo, el cansancio, por fin reunimos fuerzas y aunque el tiempo no acompañara salimos a la naturaleza y a disfrutar a tope.
Una caminata alrededor del pantano de diez kilómetros y después una opípara comida, hubo para todos, ya que guardamos un poco de recompensa para los perrunos, ni la lluvia ni el frío nos frustraron a la hora de gozar de un entorno natural fantástico.
Una caminata alrededor del pantano de diez kilómetros y después una opípara comida, hubo para todos, ya que guardamos un poco de recompensa para los perrunos, ni la lluvia ni el frío nos frustraron a la hora de gozar de un entorno natural fantástico.
lunes, 12 de marzo de 2012
Paseillo matutino por Plentzia
Por fin un día que sale el sol, temperatura primaveral y libro, toda esa combinación, dormir poco, ya que curre hasta bien entrada la madrugada y despertarse pronto, hay que aprovechar el buen tiempo.
Cogimos el metro los cuatro, yo llevaba a Leroy y mi mujer a Stitch, nerviosos, me he dado cuenta de que nos les apasiona demasiado el metro , les crea inseguridad, eso de no poder disfrutar de las vistas, el traqueteo, el ruido, la falta de aire, hacia un calor insoportable, no nos podemos quejar, años atrás era impensable lo de llevar al perro en el metro, por fin algo bueno que han hecho en esta ciudad.
Paseillo por la playa, se pusieron finos de barro y arena, retozando por las marismas, marea baja, era más bien un lodazal, pero a ellos les gusta, lo siguiente era baño marino para quitar ese barro seco en orejas, lomo, cara, morro, en todo el cuerpecito, seguido de manguerazo de agua dulce para quitar el salitre.
Disfrutaron ellos y luego nosotros, unos pintxitos, unos zuritos y unas vistas estupendas, el sol brilla, las gaviotas graznan, la gente saca a sus perros...
Se nublo y empezó a refrescar ya camino a casa, perfecto, película y siesta todos juntos en el sofá, ellos abatidos tirados y roncando (para no variar).
Cogimos el metro los cuatro, yo llevaba a Leroy y mi mujer a Stitch, nerviosos, me he dado cuenta de que nos les apasiona demasiado el metro , les crea inseguridad, eso de no poder disfrutar de las vistas, el traqueteo, el ruido, la falta de aire, hacia un calor insoportable, no nos podemos quejar, años atrás era impensable lo de llevar al perro en el metro, por fin algo bueno que han hecho en esta ciudad.
Paseillo por la playa, se pusieron finos de barro y arena, retozando por las marismas, marea baja, era más bien un lodazal, pero a ellos les gusta, lo siguiente era baño marino para quitar ese barro seco en orejas, lomo, cara, morro, en todo el cuerpecito, seguido de manguerazo de agua dulce para quitar el salitre.
Disfrutaron ellos y luego nosotros, unos pintxitos, unos zuritos y unas vistas estupendas, el sol brilla, las gaviotas graznan, la gente saca a sus perros...
Se nublo y empezó a refrescar ya camino a casa, perfecto, película y siesta todos juntos en el sofá, ellos abatidos tirados y roncando (para no variar).
martes, 21 de febrero de 2012
martes, 14 de febrero de 2012
Ribadelago (Sanabria)
Una de las leyendas más famosas, quizás por ser premonitoria de la catástrofe ocurrida en Ribadelago, es la que narra el origen del Lago. Cuentan que un buen día llegó a la aldea de Villaverde de Lucerna un peregrino pidiendo limosna, y al que nadie le atendió, salvo unas mujeres que estaban cociendo pan en el horno de este pueblo. Éstas se apiadaron del él, y le dejaron entrar en la sala del horno para que pudiera guarecerse del intenso frío y saciar su hambre con algo más de masa que pusieron en el horno. La masa que introdujeron en el horno creció tanto que finalmente el pan se salió del horno y, las mujeres, sorprendidas ante este hecho, escucharon de boca del peregrino, que resultó ser Jesucristo, el castigo que iba a implantar al pueblo ante su falta de caridad: inundaría la aldea, por lo que debían de huir de sus casas para refugiarse en el monte. Seguidamente el hombre clavó su bastón en el suelo diciendo:
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